Miquel Barceló

Miquel Barceló es un artista contemporáneo internacionalmente reconocido, cuya obra abarca pintura, cerámica, escultura, dibujo en gran formato e instalaciones. Su formación fue breve en la Escuela de Artes Decorativas de Palma y en Bellas Artes de Barcelona, pues pronto se apartó de la educación académica para explorar el experimentalismo a través de grupos como Taller Llunàtic.

Desde finales de los años setenta forjó un estilo gestual y texturizado, influido por el Art Brut, Antoni Tàpies, Jackson Pollock y la experimentación informal. Su salto internacional se consolidó tras su participación en la Bienal de São Paulo en 1981 y, sobre todo, en la Documenta 7 de Kassel en 1982, que lo posicionó como referente europeo del neoexpresionismo.

Su mirada creativa integra materiales no convencionales —ceniza volcánica, algas, pigmentos caseros— con paisajes mediterráneos y desérticos, atmósferas que dialogan con las cuevas prehistóricas y la presencia material de la naturaleza. Esta búsqueda lo llevó a establecer un taller en Malí y a entablar un vínculo permanente con África y el Sahara.

Entre sus grandes encargos destacan los murales para la catedral de Palma (capilla de arcilla, 2007), la decoración de la sala de Derechos Humanos en la ONU de Ginebra (2008), y las ilustraciones de La Divina Comedia expuestas en el Louvre (2004), convirtiéndose en el primer artista contemporáneo vivo con presencia destacada en ese museo.

Ha sido galardonado con varios reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (2003), y ha sido objeto de retrospectivas en museos internacionales como el Centro Pompidou o el Reina Sofía. Su trabajo hoy sigue evolucionando: participa en proyectos como los tapices para Notre-Dame de París y carteles emblemáticos como el de San Fermín 2025.

Su obra mezcla técnica, materia, memoria cultural y experimentación, consolidando a Miquel Barceló como una de las figuras más innovadoras e influyentes del arte contemporáneo europeo actual.