Ricardo Baroja

Ricardo Baroja fue un artista polifacético que destacó como grabador, pintor y escritor, además de formar parte del entorno de la Generación del 98. Comenzó con estudios en ingeniería y archivística antes de entregarse al arte, estudiando pintura con Eugenio Vivó y vinculándose con círculos modernistas en Valencia y Madrid.

Entre 1900 y 1906 se consolidó como uno de los grandes aguafortistas españoles, influido por Goya, obteniendo medallas en las Exposiciones Nacionales. Cultivó el retrato y escenas costumbristas, con un estilo melancólico y evocador, a menudo inspirado en la nostalgia y lo popular.

Fundó el grupo Arte Joven en 1903 y la Sociedad de Grabadores Españoles en 1910, promoviendo el grabado como una forma de arte esencial. En 1928 fue nombrado profesor en la Escuela Nacional de Artes Gráficas. Pero en 1931 sufrió un accidente que le costó un ojo, lo que le obligó a abandonar casi por completo el grabado y dedicarse más a la pintura y la literatura.

Escribió novelas, cuentos y teatro, entre ellos La Nao Capitana (1935, Premio Nacional de Literatura) y Gente del 98 (1952), testimonio literario de su generación, cuyo estilo directo recordaba aún su sensibilidad visual.

Durante la Guerra Civil vivió retirado en Vera de Bidasoa, donde combinó pintura y escritura. Creó paisajes urbanos y rurales, retratos íntimos y grabados nostálgicos que capturan ambientes madrileños, parisinos o vascos. Se conserva una vasta producción: más de 130 grabados, cerca de mil óleos y más de veinte obras literarias.

Ricardo Baroja fue una figura inquieta y creativa, que supo conjugar arte, literatura y memoria, abordando el grabado como lenguaje visual literario y resignificando la melancolía como fuerza estética y emocional.