Victor Prouvé

Victor Émile Prouvé nació el 13 de agosto de 1858 en Nancy, en una familia de origen modesto: su padre era dibujante de bordados y su madre modista. Desde joven mostró aptitudes para el dibujo y estudió en la École de dessin de Nancy entre 1873 y 1877. Luego se trasladó a París, donde ingresó en la École des Beaux-Arts y se formó en el taller del prestigioso pintor académico Alexandre Cabanel.

Su carrera fue muy variada: Prouvé no se limitó a la pintura, sino que exploró también la escultura, la ilustración, la encuadernación artística, el grabado y el diseño decorativo. Colaboró estrechamente con artesanos y creadores ligados al Art Nouveau, como Émile Gallé (vidrio y mobiliario), Eugène Vallin (ebanistería), los hermanos Daum (cristalería) y otros. Esta multiplicidad de intereses lo convirtió en una figura clave del movimiento École de Nancy, que defendía la unión entre las bellas artes y las artes aplicadas.

En 1888 realizó un viaje a Túnez que marcó su estilo pictórico: la luz del norte de África influyó en su paleta, que se volvió más clara y vibrante. Algunas de sus obras más conocidas incluyen Les voluptueux (1889), L’Aube y La Joie de la vie, además de numerosos trabajos de decoración y diseño.

Tras la muerte de Gallé en 1904, Prouvé asumió la presidencia de la École de Nancy, consolidando el papel de la ciudad como uno de los centros del Art Nouveau en Europa. Más adelante, entre 1919 y 1940, dirigió la École des Beaux-Arts de Nancy, donde influyó en nuevas generaciones de artistas.

En el plano personal, se casó en 1898 con Marie Amélie Charlotte Duhamel, con quien tuvo varios hijos. Entre ellos destacó Jean Prouvé, nacido en 1901, quien se convertiría en un diseñador, ingeniero y constructor de renombre internacional, considerado pionero de la arquitectura prefabricada del siglo XX.

Victor Prouvé murió el 15 de febrero de 1943 en Sétif, Argelia, donde se había refugiado durante la Segunda Guerra Mundial. Su legado es el de un creador polifacético que supo integrar las artes decorativas y las bellas artes, y que dejó huella tanto en la pintura como en el diseño moderno a través de su propia obra y la de su hijo.