Sean Scully
Scully prioriza el ritmo antes que la forma; las amplias bandas que estructuran sus telas varían en cuanto a la anchura, tienen los bordes difuminados y no todos siguen la misma dirección: algunos son horizontales y otros verticales. La simplicidad y repetición de las composiciones crean una cadencia visual que, a través de las pinceladas, vibra de vida y emoción. Cada franja de color contiene múltiples gradaciones en su interior, y, con el tiempo, los colores que utiliza el artista son cada vez más matizados y complejos.
Influenciado por Henri Matisse, Paul Klee, Piet Mondrian y, sobre todo, Mark Rothko, Scully es un artista al que le interesa profundizar en la humanización de la pintura. Su particular modo de repensarla une la abstracción analítica y la poética. Su trabajo ha cambiado el paradigma de la abstracción, pasando del minimalismo norteamericano y su vocabulario reducido a una forma emocional de abstracción, para la que ha recuperado la espiritualidad que caracteriza la tradición de la pintura europea.
La obra de Scully no tiene un significado concreto, sino que está abierta a toda clase de interpretaciones, y con frecuencia inspira un profundo estado introspectivo y contemplativo.
(Fuente: fundaciocatalunya-lapedrera.com)
Dublín (Irlanda), 1945