Agustín Úbeda

Gran pin­tor su­rrea­lis­ta, en­mar­ca­do den­tro de la lla­ma­da Es­cue­la Es­pa­ño­la de París, Agus­tín Úbeda fue un gran co­no­ce­dor de la His­to­ria del Arte y un hom­bre de am­plia cul­tu­ra.

In­gre­só en 1944 en la Es­cue­la de Be­llas Artes de San Fer­nan­do de Ma­drid, y allí será dis­cí­pu­lo de Váz­quez Díaz, Eu­ge­nio Her­mo­so y Joa­quín Val­ver­de, re­ci­bien­do el tí­tu­lo de pro­fe­sor de di­bu­jo en 1948. De­bu­tó in­di­vi­dual­men­te en 1949 en el Ca­sino de Al­cá­zar de San Juan, y en 1952, con vein­ti­sie­te años, rea­li­za su pri­me­ra ex­po­si­ción per­so­nal en Ma­drid, que tuvo lugar en la ga­le­ría Xagra.

Al año si­guien­te se ins­ta­la­rá en París, gra­cias a una beca del Ins­ti­tu­to Fran­cés. Tras ob­te­ner dos pre­mios con­se­cu­ti­vos en el Cer­ta­men de Joven Pin­tu­ra Fran­ce­sa, un se­gun­do pre­mio en 1956 y un pri­mer pre­mio al año si­guien­te, se le abren las puer­tas de la pres­ti­gio­sa ga­le­ría Drouant-Da­vid de París, en la cual ex­pon­drá re­gu­lar­men­te su obra desde en­ton­ces. En 1960 re­ci­bió el Mo­lino de Oro de la XXI Ex­po­si­ción Man­che­ga de Val­de­pe­ñas, y tres años más tarde fue dis­tin­gui­do con la me­da­lla de bron­ce en la V Bie­nal de Ale­jan­dría. Fue poco antes de que diera el salto, desde la ga­le­ría Bios­ca de Ma­drid, a los Es­ta­dos Uni­dos, cen­tro mun­dial del arte en ese mo­men­to.

Pro­fe­sor emé­ri­to de la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Ma­drid y Miem­bro de Nú­me­ro de la Real Aca­de­mia de Doc­to­res, Úbeda si­guió re­ci­bien­do im­por­tan­tes pre­mios a lo largo de su di­la­ta­da ca­rre­ra, des­ta­can­do es­pe­cial­men­te el Gran Pre­mio de Pin­tu­ra del Círcu­lo de Be­llas Artes en 1980.

Asi­mis­mo, en 1998 el Cen­tro Cul­tu­ral de la Villa de Ma­drid ex­hi­bió una re­tros­pec­ti­va que abar­có su crea­ción entre 1944 y 1998. Ese mismo año Úbeda ce­le­bró en la Caja de San Fer­nan­do de Se­vi­lla una mues­tra an­to­ló­gi­ca in­te­gra­da por trein­ta y cinco pin­tu­ras, de­di­ca­das a tres de sus cons­tan­tes te­má­ti­cas: el pai­sa­je, el des­nu­do fe­me­nino y el bo­de­gón.

En esta obra de los años se­sen­ta, Agus­tín Úbeda mues­tra aún ese es­ti­lo aba­rro­ca­do, poé­ti­co, pro­pio de su etapa pa­ri­si­na, pleno de in­fluen­cias de Cha­gall y de Pi­cas­so y pa­ra­le­lo, en cier­ta me­di­da, al es­ti­lo de An­to­ni Clavé.

Agus­tín Úbeda ha ce­le­bra­do ex­po­si­cio­nes in­di­vi­dua­les en di­ver­sas ciu­da­des es­pa­ño­las, así como en Fran­cia, Suiza y Es­ta­dos Uni­dos. Ac­tual­men­te está re­pre­sen­ta­do en los Mu­seos de la Villa de Gi­ne­bra y París, el de Be­llas Artes de Jaén, el de Arte Con­tem­po­rá­neo de Ba­da­joz, el de Arte Mo­derno de Val­de­pe­ñas, el del Gra­ba­do en Mar­be­lla, el Mu­ni­ci­pal de To­le­do, el Na­cio­nal de Arte Con­tem­po­rá­neo, el Camón Aznar de Za­ra­go­za, el Pro­vin­cial de Ciu­dad Real y, en Es­ta­dos Uni­dos, en los de Nuevo Mé­xi­co, San Diego, Phoe­nix, Lowe de Miami y Evan­si­lle de In­dia­na.

(Fuente: javierbmartin.com)