Daniel Vázquez Díaz
Daniel Vázquez Díaz fue un pintor español considerado entre el realismo y cubismo. Fue un retratista y paisajista excelente y dentro de su obra destacan sus frescos en el Monasterio de La Rábida.
Nació en Aldea de Río Tinto, la actual Nerva en Huelva, el año 1882. Pasó parte de su infancia en Sevillla y donde hizo el bachillerato y empezó a estudiar la carrera de comercio a los diecisiete, y tres años se graduó como profesor mercantil. De mientras comenzó a pintar a modo de entretenimiento tras descubrir la obra de Zurbarán y del Greco, asistiendo a clases nocturnas de dibujo y pintura en el Ateneo. Sus primeras obras datan del 1897. En 1903 se trasladó a Madrid, y se dedicó plenamente a la pintura y a realizar copias en el Museo del Prado. Allí hizo contacto y relación con Juan Gris, Solana y Darío de Regoyos. El año siguiente presentó cuatro obras para la Exposición Nacional de Bellas Artes.
En 1903 se trasladó a Madrid para dedicarse plenamente a la pintura y copiar a los grandes maestros del Prado, entablando relación con Juan Gris, Solana y Darío de Regoyos. En 1906 viajó a París y trabajó junto al escultor Antoine Bourdelle, conociendo a Picasso, Braque, Modigliani y Max Jacob, entre otros, y asimilando cierto espíritu vanguardista.
Desarrolló un estilo personal que mezcla la pincelada constructiva de Cézanne con la estructuración geométrica y en diversos planos del cubismo. A su regreso a España en 1918, impartió clases, primero en su taller, y después desde la cátedra de Pintura Mural de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, que ganó por oposición en 1932.
Se convirtió en uno de los pintores más representativos e influyentes de la España del momento, destacando fundamentalmente por su labor como docente, antes y después de la Guerra Civil, a través de la cual difunde un cubismo que formalmente le ayudó a crear composiciones de gran monumentalidad arquitectónica, y que serviría de puente a los jóvenes artistas del país, sobre todo durante la posguerra, con las tendencias que se desarrollaban en el resto de Europa.
Entre sus discípulos encontramos a artistas tan dispares como José Caballero, Juan Manuel Díaz-Caneja, Rafael Canogar y Cristino de Vera. Además de ser un buen paisajista, resalta su faceta como ilustrador y como retratista de algunos de los personajes más relevantes de la cultura contemporánea.
Entre sus obras sobresalen los murales del Descubrimiento que realizó para el monasterio de La Rábida (Huelva) entre 1927 y 1930 y que le consagraron como pintor. Durante sus últimos años de vida, publicó sus memorias en el diario ABC. Un año antes de su muerte, en 1968, fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Nerva, Huelva (España), 15 de enero de 1882 – Madrid (España), 17 de marzo de1969
