Bernar Venet
Nacido en el seno de una familia de clase trabajadora A los 17 años se trasladó a Niza donde trabajó como escenógrafo en la Ópera, y dio inicio a su carrera artística en un ambiente marcado por la Europa de la posguerra en el que se acometía una redefinición del arte. Entre los diversos movimientos vanguardistas surgieron grupos como el Nuevo Realismo de París, también conocido como neo-dadá, que se forjó entorno a Pierre Restany, con artistas como Yves Klein, Arman, Martial Raysse, Ben Vautier y César, del que surgiría la que se llamó École de Nice (escuela de Niza)
Fue a través de Ben Vautier, como Venet contactó con los artistas de Fluxus George Maciunas, Robert Filliou y George Brecht, y el mismo Ben le presentó a los artistas de vanguardia de la Escuela de Niza, grupo que desafiaba la abstracción practicada en París y que tenía entre sus objetivos la desmitificación del arte y del papel del artista y desarrollaron un enfoque constructivo que propugnaba al arte como actividad de utilidad social.
Durante el periodo de 1961 a 1963, su capacidad de abstracción intelectual y su interés por la experimentación, orientaron a Venet hacia el arte conceptual. Aproximándose a los artistas que cultivaban el blanco y negro más austero, expuso unas telas y cartones recubiertos de alquitrán, en esta época afirmó “el negro es el rechazo de una comunicación fácil”. Las primeras obras de Venet fuera de los límites de representación evolucionaron hasta una fase en la que la densa sustancia negra se aplicaba a trozos doblados de cartones que habían sido previamente desechados.
También en este periodo inició la producción de esculturas sin forma específica, Tas de Charbon (Montón de carbón), 1963, fue la obra de liberó a Venet de las limitaciones con las que se había encontrado en sus inicios. Desde entonces el arte conceptual ha estado presente en la obra de Bernar Venet tanto en sus en sus pinturas de pared con sus ecuaciones o elementos abstractos fijados por fórmulas matemáticas o en sus performances como Return, manifestaciones que expresan diferentes nociones del interés que el artista desarrolló hacia la matemática.
En 1966 Bernar Venet viajó a Nueva York por primera vez donde, poco después, se instalaría definitivamente. En esta ciudad investigó el periodo conceptual y postminimal conocido por la “desmaterialización” del objeto, y contempló la obra de otros artistas minimalistas, como Donald Judd, Dan Flavin, Carl Andre y Sol LeWitt, que cultivaban la inexpresividad industrial, y rechazaban las implicaciones profundas en favor de una superficie percibida y presente. Venet adopta la decisión de basar su arte en las leyes impersonales de la física y las matemáticas en un intento de liberar el arte de los elementos diseñados de las composiciones formales, dentro de ese espíritu, desarrolló Tubes de 1963, aunque se desplazaba en la dirección del estudio de la relación entre los elementos escultóricos y pictóricos en el contexto de las teorías del semiólogo francés Jacques Bertin.
De 1971 à 1976, interrumpió sus prácticas artísticas y regresó a Francia para dedicarse a la labor docente como profesor de teoría del arte en la Sorbona y a la escritura. Tras este periodo regresó a su actividad creativa trabajando sobre tela posteriormente en relieves sobre madera que darían paso a su obra escultórica.
En septiembre de 1976, dio por finalizado su período de reflexión y auto-investigación y cansado de la inactividad, Venet decidió reanudar la práctica artística y regresar a Nueva York. En su nuevo estudio, diseñó unos muebles y encargó su fabricación en acero. Esta primera experiencia en la fabricación de acero a gran escala, marcaría el punto de partida, de su escultura tridimensional. Aquellas formas de acero sin ornamentos geométricos, surgidos de una necesidad práctica, pueden considerarse como sus primeras esculturas a gran escala.
En su regreso a Nueva York, Venet se integró en la escena artística de la ciudad, y participó en exposiciones colectivas en las galerías de Leo Castelli y Paula Cooper junto a los principales artistas americanos de minimal y conceptual. Además también cultivó disciplinas como performance, fotografía, poesía, música, coreografía y diseño de obras de teatro.
En 1979, cuando comenzó a desarrollar esculturas de acero compuesta por dos arcos y una serie de relieves en madera que evolucionarían a las esculturas en tres dimensiones. En esta transición de la madera al acero, un nuevo elemento entró en su repertorio Las » Líneas indeterminadas» que definió como formas lineales que se apartan de la regularidad sin responder a ningún plan preconcebido, sino que toman forma en la interacción del artista con su material.
A partir de En 1983, realizó en acero corten unas estructuras basadas en estas “líneas indeterminadas”, que instaló en diversos espacios urbanos y colecciones públicas de ciudades como Niza, París, Berlín, Tokyo, Estrasburgo, Pekín, Austin, San Francisco, Musée de Grenoble.
En 2001 retomó un antiguo proyecto que todavía no había conseguido llevar a cabo: el autorretrato a partir de un examen médico tomodensiométrico, un proyecto que se aleja de la percepción subjetiva.
Al mismo tiempo reactivó una serie de pinturas de los años 60 basadas en fórmulas y ecuaciones matemáticas. A continuación surgen sus saturaciones, obras en las que se superponen numerosas ecuaciones hasta hacer imposible su lectura. Un concepto que ha desarrollado también, tanto en su actividad fotográfica o sonora, como en sus performances Su producción escultórica reciente basada en las Líneas indeterminadas subraya su polarización hacia el desorden, la complejidad y la indeterminación. Desde 2007 sus obras se han expuesto en Nueva York, Shanghai y Burdeos.
(Fuente: IVAM)
Château-Arnoux-Saint-Auban (Francia), 1941